COVID Y TOC
El COVID-19 nos da una oportunidad única para entender muchos de los mitos que giran alrededor de los trastornos mentales, como es en este caso el TOC.
Hoy en día todos nos encontramos usando tapabocas, lavándonos con mayor frecuencia y duración las manos, usando geles antibacteriales, descontaminando superficies más de lo habitual, en algunos casos llegando a casa, quitándonos la ropa, echándola a la lavadora, metiéndonos a bañar, descontaminando cartera, llaves, celular, cosas del super, entre otras cosas. Si bien estamos siguiendo protocolos de la Organización Mundial de la Salud, ante una pandemia, las cuales suelen ser razonables.
Algo que nos acompaña es una constante incertidumbre de qué va pasar, cuándo vamos a poder regresar a la normalidad, qué va a pasar con nuestros trabajos, entre muchas otras cosas. Justamente esta incertidumbre, es lo que experimentan las personas con TOC diario a la décima potencia por varios años de su vida, si bien la incertidumbre es algo normal y parte de la vida, la única forma para disminuirla y buscar un poco de certeza, aunque sea a corto plazo es el realizar las compulsiones, estas conductas (pueden ser mentales, observables—físicas, o de evitación), consumen tiempo, obstaculizan tu día a día, te alejan de lo que realmente es importante para ti: estar en familia, disfrutar un libro, una película, tener intimidad con tu pareja, preparar alimentos, bañar a tus hijos, pasear a tu mascota, organizar tu casa, salir a contemplar la naturaleza, tomar una clase en línea, mandar un correo, tener una videollamada, tomar un café, mandar un mensaje, etc…
En resumen, hay dos cosas importantes a mencionar: el TOC va más allá de ser “pickis” o perfeccionista, el TOC se siente una ansiedad bastante alta, miedo, asco, hay muy baja tolerancia y aceptación ante la incertidumbre y es normal que en situaciones como esta todos estemos batallando con este punto, sin embargo, en el momento que vemos que esas medidas racionales y funcionales de higiene están obstaculizando nuestro día a día, hay que poner especial atención. Algunas claves:
Todas las conversaciones en todo momento giran en relación al COVID19.
Estar enchufado a las noticias, artículos, redes sociales sobre el tema.
Querer contestar a todas las preguntas que nuestro cerebro nos avienta con respecto al tema.
Lavado de manos y uso de productos de limpieza de manera excesiva (al grado de tener lastimadas tus manos).
Tener rituales mentales o “mantras” o supersticiones al realizar ciertas conductas. Ej. Si no cierro el refri de cierta manera me puede dar COVID ó Si no limpio contando ciertos números, pensando en ciertas cosas no estoy limpiando bien.
Alejarte de lo que realmente es importante para ti. Ej. Dejar de atender temas laborales por estar limpiando, dejar de convivir con la familia, dejar de comer ciertos alimentos, etc.
Experimentar emociones incómodas muy intensificadas llegando a tener crisis de ansiedad (no porque las crisis de ansiedad sean malas o alarmantes).
Sentir que no puedes sacar ciertos pensamientos de tu mente, es una sensación como si el pensamiento se pegara como un chicle.
Sentir alivio, aunque es a corto plazo, hasta que la duda regresa, al realizar ciertas actividades.
Experimentar mucho enojo y/o frustración si te interrumpen en el momento que estás realizando el ritual. Ej. limpiando las perillas, te interrumpen, ya no sabes en qué parte de la perilla te quedaste y tienes que volver a iniciar todo el proceso
Ahora, para poder saber que estamos hablando de TOC es necesario consultar a un especialista, ya que el estrés puede detonar el TOC, más no causarlo, esto quiere decir que seguramente, para poder ser diagnosticado con TOC, debe de haber otros pensamientos o actividades previas a esta situación. Sin embargo, también sabemos que este momento por el que estamos pasando seguramente será un detonante para muchas personas que ya tienen una predisposición al padecimiento y que este puede ser el “debut”, de ser así puedes estar tranquilo, ya que con la ayuda de un especialista puedes salir adelante y tener una vida satisfactoria, que te nutra y sobretodo, que te acerque a tus valores y a lo que realmente es importante para ti.