¿QUÉ NO HACER CON TUS FAMILIARES Y AMISTADES CON TOC? PARTE II
Por: Tania Pérez Duarte, M.S.
Siguiendo nuestro artículo de la semana pasada, les terminamos de compartir cuatro puntos más sobre lo que no tenemos que hacer con nuestros seres queridos:
Asistir o participar en sus rituales: seguramente tú y otros miembros de la familia se han vuelto, de manera involuntaria complicas del TOC al apoyar y participar en los rituales de su familiar. Siguen las reglas del TOC al lavar su ropa seis veces y mantener las toallas azules alineadas. Revisas con él los closets, toda la familia usa cuchillos desechables, no pueden decir ciertas palabras, se despiden como franceses, respetando los números pares. Lo hacen para mantener la paz porque es muy traumático para el resto de la familia cuando no cumplen. Irónicamente, la ayuda que ofreces obstaculiza las exposiciones “naturales” y aprender a cómo realmente ayudarle.
Criticar y castigar: a nuestros hijos o familiares no les quitamos el asma, diabetes o astigmatismo criticándolos o castigándolos, así que no esperemos que el TOC se les quite castigando la tele o computadora. El TOC no es un comportamiento inadecuado, por lo tanto la persona no puede deshacerse de él tan fácilmente, al contrario, el momento que uno critica o castiga, uno pone a la persona en contra de nosotros. Ya que no puede “solo parar”, se aislará y tomará distancia. Empezará a tener rituales clandestinos y tendríamos dos problemas: el TOC y estarlo ocultando.
Tomar el control de la terapia: resistan la tentación de querer acelerar el proceso o realizar algunas exposiciones que todavía no se han trabajado. Lo único que pasa con esto es generar mucha confusión en la persona de qué se debe de hacer. Esto puede perjudicar la probabilidad éxito en el tratamiento. Si les preocupa que la terapia esta avanzando muy lento o hay problemas significativos, o el terapeuta no cumple tus expectativas, no esperen pacientemente a ver qué pasa, discutan estas inquietudes con el terapeuta. Pregunten por las metas y el proceso terapéutico. Como papá, ustedes tienen una relación única y especial con su hijo. Tomar el papel de terapeuta no es la mejor elección, ya que su hijo necesita a sus papás. El terapeuta tiene una visión mucho más objetiva y neutral. A su vez, no están entrenados para ser terapeutas, leer sobre TOC no te da las habilidades para ser terapeuta, así como no te da las habilidades para tratar el asma o diabetes de tu hijo. Sin embargo, claro que juegas un papel clave en el tratamiento de tu hijo, bajo las instrucciones, supervisión y control de tu doctor.
Cambios abruptos y nuevas reglas: finalmente, aunque se sienten abrumados en darse cuenta cómo han reforzado y siendo cómplices del TOC todo este tiempo, no cambien nada de manera abrupta. El “cómo” van retirando comportamientos habituales es tan importante como el hecho de que los están cambiando. A pesar de saber lo que se supone que tendrían que estar haciendo, no sorprendan a su hijo/familiar con nuevas intervenciones. Las sorpresas desagradables no te harán popular. Así como con las exposiciones, con la ayuda de tu terapeuta, estos cambios necesitan ser graduales. No será fácil y no se darán de la noche a la mañana. Cuando uno decide cambiar las respuestas al TOC de tu hijo/familiar, necesita ser un plan premeditado en vez de uno reactivo. Ese plan más que una respuesta distinta, necesita ser un comportamiento distinto. La persona necesita estar enterada de dicho plan. Antes de estos cambios, la persona con TOC necesita entender lo que es la exposición, habituación, cómo sobrevivir a la exposición y apegarse hasta que la ansiedad pase. Si le quitas a tu hijo de manera abrupta algo que lo ha estado “aliviando”, asegurarte de darle algo que lo remplace. Siempre hay que hacerlos participes de estos cambios, con el objetivo de darles el control. La manera en cómo se hace el cambio es lo más importante; estás calmado y tranquilo, o estás impaciente e irritable.
Hasta aquí hemos visto cuál es el rol general de los familiares, ahora, dependiendo de la edad, madurez, preparación para el tratamiento, la cercanía, confianza, los tipos de síntomas y la naturaleza de tu participación en dichos síntomas, dependerán las adaptaciones que tendremos que darle a nuestro rol como papás o familiares.