EL PROCESO DE RECUPERACIÓN EN UNA PERSONA CON TOC
Por: Tania Pérez Duarte, M.S.
Todavía, en este momento, nos encontramos artículos, libros, podcast o lives que hablan de que el trastorno obsesivo compulsivo es “crónico”, en otras palabras “lo tendrás toda tu vida” y no hay nada más falso que esto. El TOC es un conjunto de conductas poco funcionales, es decir, obstaculizan el día a día, pero la buena noticia es que podemos aprender a tener conductas funcionales, por lo cual me gustaría centrarme en algunas herramientas fundamentales que uno puede empezar a incorporar a su repertorio de hábitos cotidianos para que la salud mental se viva como una filosofía de vida y no como una dieta restrictiva, que acaba siendo absurda e inalcanzable, lo cual nos lleva a frustración segura.
Si nos lees por primera vez y todo el tratamiento para TOC es nuevo para ti, muy probablemente esto te suene absurdo, te invito a leerlo con apertura y curiosidad. En primer lugar, sería estar cómodos con la idea de estar incómodos, sí, leíste bien, aceptar la incomodidad será tu mejor aliado en el camino hacía la recuperación. La importancia de aceptar la incomodidad en diferentes áreas del TOC sin importar el contenido. Este es un tema muy importante ya que el mayor conductor para hacer las compulsiones es querer eliminar la incomodidad de la ansiedad, culpa, frustración, incertidumbre, confusión, irritabilidad, tristeza, vergüenza, asco, entre otras. Deshacernos de la incomodidad física (incremento de ritmo cardiaco, sudoración, la respuesta sexual de cosquilleo, excitación o placer—groinal response) y/o la incomodidad mental, que se experimenta como si tu mente estuviera secuestrada por un ser sumamente creativo y polarizarte con tus valores.
Esta incomodidad es la que normalmente uno trata de evitar de una u otra forma, correr de esa incertidumbre. Es natural para los seres humanos no querer estar incomodos, todos evitamos cosas que impactan en diferentes formas en nuestro día a día. Practicar estar cómodos con la incomodidad es decirle al TOC que vas a vivir tu vida bajo tus términos y que la incomodidad es aceptable.
En segundo lugar, tenemos el hacer las paces con tu mente. Psicólogos, médicos, familia, amigos, libros, han hecho un trabajo excepcional en “enseñarnos” a darle guion a nuestra mente, ¿cuántas veces has escuchado piensa positivo, no pienses eso, lo que piensas lo atraes? Es momento de enseñar algo mucho más realista, no tenemos el poder de controlar nuestra mente. Y al darnos cuenta de esto nos quitamos un peso de encima, la mente tiene vida propia, lo importante es qué hacemos con eso que nos presenta. Al TOC le gusta lo complicado y complejo, por lo que en el momento que nos simplificamos el TOC deja de caber.
En tercer lugar tenemos un tema de cambio de perspectiva, y a esto me refiero dejar de hacernos victimas, tal vez suene fuerte y la intención no es minimizar el dolor que conlleva padecer de TOC, sin embargo, el victimizarse no nos lleva a ningún lado, más bien nos paraliza, por lo que tener una actitud de sobrevivientes nos ayuda a movernos y a controlar lo que sí podemos controlar, como por ejemplo hacer el tratamiento mi prioridad.
En cuarto lugar no esperes a estar recuperado para vivir tu vida, no es necesario deshacerse de la ansiedad o de las emociones incómodas para hacer lo que realmente es importante para ti, con todo y ansiedad sal a jugar futbol, toma completa tu clase aunque tu atención no sea la esperada, siéntate en la cena familiar, ve una película, da un beso, saluda a una persona… El tratamiento toma más tiempo del que muchos quisiéramos, incluidos los terapeutas, recuerda que llevas mucho tiempo practicando conductas disfuncionales (compulsiones) por lo que “desacostumbrar” a tu mente, aprender cosas nuevas y practicarlas requieren tiempo, el proceso no es lineal, es un proceso de aprendizaje con obstáculos en el camino que podrás surfear siempre y cuando tengas esto en mente, nada se aprende de manera espontánea.
Sin duda hay otras variables a considerar en el proceso del tratamiento, sin embargo, estas cuatro son el parteaguas que facilitarán el camino. La recuperación se da cuando permites la mezcla de emociones—incomodas y cómodas, aceptas la incertidumbre inherente de la vida, le das rienda suelta a tu mente, actúas de acuerdo a tus valores, te permites cometer errores, eres autocompasivo—reconoces, permites, curioseas y te nutres, tienes el coraje de vivir una vida fiel a ti mismo, regresas al presente, haces de tu salud mental una filosofía de vida y practica diaria e incluyes la vulnerabilidad como una cualidad. Lo maravilloso de esto es que no solo aplica para el TOC.